La calabaza ha sido un alimento básico en la dieta de muchas culturas durante siglos. Pero, a menudo, se la considera solo una verdura para los platos principales de otoño, como la sopa de calabaza y el puré de patatas y calabaza. En realidad, la calabaza esconde algunos de los nutrientes más potentes que su cuerpo necesita para una salud óptima.
Hay muchos tipos de calabaza disponibles, incluidos la calabaza de verano y la calabaza moscada, pero es la calabaza de invierno la que realmente nos ofrece una cantidad impresionante de nutrición. Solo una taza de calabaza cocida proporciona el 245% de la ingesta diaria recomendada de vitamina A y el 19% del hierro que necesitamos al día. La calabaza también es rica en vitaminas C, E y K, magnesio y potasio.
La calabaza es muy baja en calorías y rica en fibra, lo que la convierte en una excelente opción para aquellos que buscan perder peso. La fibra también ayuda a mantenernos saciados por más tiempo y reduce la cantidad de alimentos que comemos en una sola sesión.
Además, la calabaza tiene un bajo índice glucémico, lo que significa que no aumenta rápidamente el azúcar en la sangre. Esto es bueno para la salud del corazón, ya que los altos niveles de azúcar en la sangre pueden aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular.
Otro nutriente clave en la calabaza es el potasio. Una taza de calabaza cocida le ofrece casi el doble de la cantidad de potasio que puede obtener de una banana. El potasio es esencial para mantener un ritmo cardíaco saludable y equilibrado, además de ayudar a reducir la presión arterial.
La vitamina A es crucial para la salud de los ojos y la visión. La deficiencia de vitamina A puede provocar ceguera nocturna y otros problemas oculares. La calabaza es una excelente fuente de esta vitamina, lo que la convierte en una opción ideal para una salud ocular óptima.
La vitamina A también es excelente para la salud de la piel. Ayuda en la producción de colágeno y, por lo tanto, evita el envejecimiento prematuro de la piel. Además, sus propiedades antioxidantes protegen la piel de los daños causados por los radicales libres y los rayos UV del sol.
Como ingrediente principal en la sopa, como la sopa de calabaza, que es una opción excelente para un almuerzo calentito en los días fríos.
En ensaladas, puede ser cortada en cubos y asada en el horno para un toque caramelizado, lo que agrega textura interesante a la ensalada.
Para hacer una deliciosa harina de calabaza, una alternativa saludable de la harina blanca que se utiliza en la mayoría de panes y postres.
En batidos, la calabaza cocida combinada con leche de coco o leches vegetales, puede ser una base deliciosa de un batido de post-entrenamiento o una opción de desayuno saludable.
En resumen, la calabaza es un ingrediente versátil y nutritivo que debería ser una parte esencial de su dieta diaria. Especialmente, en otoño e invierno, cuando hay mucha disponibilidad de calabaza de invierno. Combinando los beneficios de la fibra, la vitamina A, el potasio, y más, la calabaza realmente merece ser una estrella en su plato.
Así que, la próxima vez que abra una lata de calabaza enlatada o cocine una calabaza, recuerde que está disfrutando de una verdura llena de beneficios para la salud. ¡Su cuerpo le agradecerá por ello!